Ante cualquier síntoma o signo anómalo en la herida o en su estado general, llame al servicio encargado del seguimiento post-intervención (consulta quirúrgica, Atención Primaria) o acuda al servicio de urgencias del hospital.
Los signos o síntomas de alarma podrían ser: escalofríos, febrícula o fiebre (temperatura axilar > 37.5 º C), enrojecimiento de la herida, manchado importante del apósito o supuración de cualquier tipo de líquido por la herida (seroso o purulento), mal olor de la herida, dolor persistente o de nueva aparición, hinchazón, frialdad, entre otros.
Tras ser evaluado por el servicio médico o de enfermería que le corresponda, acuda puntualmente a las citas que le den para revisión y curas, evite cualquier actividad que pueda empeorar su curación y cumpla con las normas de tratamiento y higiene que le den. En todo momento y hasta la resolución de la infección, le servicio médico o de enfermería le hará un seguimiento completo.